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NOS VEMOS EN EL TEATRO
El teatro es uno de los sitios que más amor y odio me genera. Llevo subiéndome a un escenario desde los 14 años y sigo pensando que, tanto como espectador como actor, es un espacio mágico con una energía diferente a otros lugares. Mi recomendación son teatros, pero desde el punto de vista del espacio, dejando al margen cualquier otro aspecto.
Me voy a centrar en espacios escénicos de la capital porque no acabaría nunca. Madrid tiene una oferta teatral tan extensa como cruel y mal gestionada (por exceso de oferta que no cubre con la demanda).
Cuando pagas tu entrada, estas pagando por una experiencia completa, esto incluye calidad del espectáculo, del espacio y unas condiciones de iluminación, acústica y comodidad tanto de butacas como de temperatura, trato etc. Si nos regimos por estos criterios tan básicos como necesarios, la oferta de cartelera ya no es tan extensa. Nos quitamos de un plumazo salas realmente feas, mal iluminadas, con aire cutre e incomodas donde el precio de la entrada no se diferencia tanto con otros mejor (benditas ofertas y precios reducidos que destrozan a las compañías tirando los precios). Por otro lado la proliferación de funciones en peluquerías, microteatros, salones de tu casa y demás, salvo pequeñas excepciones, no hacen más que dar una imagen de una industria pobre, con aire perroflauta mostrando interpretaciones e historias estupendas, en su mayoría pensadas más para deleite de la profesión y no en el público, pero que son más cine o tv en vivo que teatro como tal (esta es mi modesta opinión, para gustos…).
Centrándonos en lo positivo ahí va mi listado de teatros que visitar. He decidido dejar al margen los grandes teatros (Real, español, los de la gran vía, los públicos y más conocidos) y centrarme en otros.
Teatro de la Abadía. Uno de los espacios, bajo mi punto de vista, más mágicos que tenemos para ver teatro. Desde que entras a los jardines de entrada hay algo en el ritmo y el tiempo que cambia, las dos salas resultan interesantes de disfrutar. Otra cosa es la elección de la obra ya que “La Abadía” en todo su conjunto es bastante marciana y tiene una programación irregular que es capaz de tener lo mejor y lo peor. Otro punto a su favor es que no se ha vendido a la multiprogramación, cosa que les honra.
Sala Tribueñe, lo incluyo dentro de mi lista por varios aspectos que lo hacen distinto. Está fuera de toda zona teatral y es un espacio con muchísimo encanto y cuidado en lo estético, dejando a un lado las sillas de tasca de bar realmente incomodas donde te sientas como espectador. Desde la entrada hasta su espacio singular tiene algo que a mí me atrapa (repito, esas sillas a la hoguera), otro tema sería su criterio de programación y otros aspectos profesionales (¿he dicho que quemen las sillas?).
Sala Nueve norte, un espacio “casi” de reciente creación que destaco, siendo honesto, sin conocerlo, pero merece destacar un sitio que recomienda todo el que pasa, donde se ha cuidado las butacas, la iluminación y la publicidad de una sala pequeña que hace que no se meta en el saco del resto de salas enanas que viven de los amigos de los actores. Prometo ir como espectador.
Por último quiero destacar que en la comunidad de Madrid tenemos sitios para ver teatro realmente mágico y lleno de encanto, quiero destacar 3 pero hay muchos más. El corral de Alcalá, un espacio precioso gestionado por “La Abadía” con sus mismos pros y contras. El real de Aranjuez, una bombonera, reformada que mezcla un teatro clásico con una dotación técnica digna de destacar y el festival de la antigua mina en el Escorial, creado de la nada, sin ayuda ni subvenciones en una antigua mina que lo convierte en un espacio único del que más adelante hablaré detenidamente porque merece un post propio.
Seguro que me dejo fuera muchos, es una lista personal limpia y sin valorar otros aspectos… ¡nos vemos en el teatro ¡
